Abra 27 ventanas, escrolee por inercia, dele doble tap a la foto
de un culito en la playa, vuelva a eso en lo que estaba.
Tómese la vida muy en serio; a veces no tanto.
Aproveche el escenario, las herramientas, las métricas y las
precisiones.
Abrace también con fuerza la experimentación y los aprendizajes
de las imperfecciones.
Ría, salte, grite, llore.
Sea mesurado cuando haga falta.
Demuéstrese que está vivo.
Sepa que, para unos, “la tecnología nos aleja” y, para otros,
“li ticniligíi nis iliji”.
Dele espacio a los caprichos: la música, los sabores y el color
amarillo no necesitan tener sentido ni dar explicaciones.
Preste atención, sienta, quédese sin palabras, responda con la
panza.
Cautela: lo demasiado meloso no garpa.
Googlee cómo hacer milanesas, dónde venden pintura barata,
qué es una criptomoneda y por qué el cielo se pone rosado
algunas veces por la mañana.
Atrape valor en las rimas y también en las disonancias.
Comparta links de descarga, lea resúmenes de libros célebres -al
menos uno completo de Cortázar-, hojee revistas ordinarias y, de
tanto en tanto, muerda los clickbaits de genial. guru o 9 GAG.
¡No podrá creerlo cuando lo vea!
Camine la calle, postee memes, reparta emojis, mire a los ojos,
navegue de incógnito.
Cuando escuche el tono, no grabe su mensaje. Aprenda a
escuchar antes de ser escuchado.
Sea estratégico. Sea preciso. Sea espontáneo.
Piense, dude, busque, encuentre.
Póngase en otros zapatos.
Vuelva a pensar, vuelva a dudar.
Tome con pinzas los -ismos, las promesas grandilocuentes, las
modas, las super promociones, e incluso, haga lo propio con
estas palabras.
Prescinda por momentos de fórmulas, reglas, puntos y comas.
Lo esencial pasa por otro lado.
Interpretar, empatizar, conectar.
Haga lo que dice.
Sea relevante. Signifique algo.Adelante.
Sea persona